martes, 13 de enero de 2009

La crisis plantea la urgencia de la educación de los jóvenes, asegura Benedicto XVI

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 12 de enero de 2009 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI considera que la actual crisis mundial y sus causas plantean la urgencia de "una formación en valores", especialmente a los jóvenes.
La actual crisis económica que está afectando a la comunidad mundial, afirmó este lunes durante el tradicional encuentro de primeros de año, a los miembros de la administración de la ciudad de Roma, de su provincia y de la región del Lazio, de la que depende, "está ligada con otra estructural, cultural, de valores".
Esta crisis de valores es patente especialmente entre los jóvenes, explicó, en quienes "se debilitan los valores humanos y cristianos que dan sentido al vivir cotidiano y que forman una visión de la vida abierta a la esperanza", y "surgen en cambio deseos efímeros y esperanzas no duraderas, que al final general aburrimiento y fracasos".
El Papa lamentó las noticias sobre la violencia juvenil y las muertes en accidentes, y explicó que existe una "emergencia educativa" a la que hay que dar respuesta también desde la Iglesia.
El actual "nihilismo" tiene como consecuencia, afirmó, "la banalización de la propia vida para refugiarse en la transgresión, en la droga y en el alcohol, que para algunos se ha convertido en el rito habitual del fin de semana".
"Incluso el amor tiende a reducirse a una simple cosa que se puede comprar y vender y hasta el hombre mismo se convierte en mercancía", añadió.
El Papa invitó a los poderes públicos a "dedicarse seriamente a los jóvenes, a no dejarles a merced de sí mismos y expuesto a la escuela de 'malos maestros', sino a comprometerles en iniciativas serias, que les permitan comprender el valor de la vida en una familia estable, fundada en el matrimonio".
Recalcó que la Iglesia, "con una intuición que quisiera llamar profética, concentra sus esfuerzos desde hace años en el tema de la educación".
La Iglesia, en el campo de la educación, "está llamada a hacer su aportación estimulando la reflexión y formando las conciencias de los fieles y de todos los ciudadanos de buena voluntad".
Añadió que es una "prioridad inderogable" la "formación en el respeto de las normas, en la asunción de las propias responsabilidades, a una actitud de vida que reduzca el individualismo y la defensa d ellos intereses parciales, para tender juntos al bien de todos, poniendo una particular atención a las expectativas de los sujetos más débiles de la población, no considerándolos un peso sino un recurso que valorar".
"Quizás nunca como ahora la sociedad civil comprende que sólo con estilos de vida inspirados en la sobriedad, en la solidaridad y en la responsabilidad, es posible construir una sociedad más justa y un futuro mejor para todos", aseveró el obispo de Roma.
Colaboración de la Iglesia ante la crisis
En la situación actual, el pontífice invitó a los poderes públicos a tener "una voluntad concorde de reaccionar, superando las divisiones y concertando estrategias que, si por una parte afrontan las emergencias de hoy, por la otra miran a diseñar un proyecto orgánico estratégico para los próximos años".
En este sentido, reconoció la labor que las instituciones católicas, especialmente las Cáritas diocesanas, están llevando a cabo en la región, y reclamó "una sinergia entre todas las Instituciones para ofrecer respuestas concretas a las crecientes necesidades de la gente".
Benedicto XVI instó a una mayor colaboración entre Iglesia y poderes públicos, "en el respeto de las competencias recíprocas", en todos los campos, incluido el sanitario.
Reafirmó que la Iglesia "no pide ni busca privilegios, sino que desea que su propia misión espiritual y social siga encontrando aprecio y cooperación".