martes, 30 de diciembre de 2008

Jornada Mundial de la Juventud



2009 Jornada XXIV
Tema: «Hemos puesto nuestra esperanza en el Dios vivo» (1Tm 4, 10)

2010 Jornada XXV
Tema: «Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?» (Mc 10, 17)

2011 Jornada XXVI
Tema: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (cfr. Col 2, 7)
Celebración internacional - Madrid (España), 16-21 de agosto de 2011

L'Osservatore Romano tesse le lodi del Papa: “Un uomo di Pace in tempi di guerra”

CITTA’ DEL VATICANO - Benedetto XVI ''e' un Papa di pace in tempi di guerra, ossia nelle stagioni, come la nostra, in cui prevalgono le polemiche, le incomprensioni sino al ricorso alle armi invece che alla verita' e ai diritti umani''. Lo scrive l'Osservatore Romano, in un commento a firma del vicedirettore, Carlo Di Cicco, per il quale accanto a ''una crisi economica dai contorni devastanti per gran parte dell'umanita', si registrano conflitti acuti e persistenti in diverse aree del mondo. Ultimo, denso di incognite ma non improvviso, la rappresaglia di Israele nella Striscia di Gaza''. ''L'anno nuovo che giunge - sottolinea Di Cicco - si trascinera' i tanti problemi rimasti insoluti nell'anno che se ne va. E' in questo navigare a vista, nell'involuzione della speranza che blinda il cuore di tanti, che Benedetto XVI ha qualcosa di significativo da dire: in tempi difficili emerge meglio l'intensita' della sua riflessione sulla fede, mai banale, mai impositiva''. Per Di Cicco, ''la fede in Papa Ratzinger e', infatti, discorso sulla speranza che apre a quello sul senso di ogni esistenza''. ''Chi ci aiuta a vivere?'', la domanda che e' titolo di una fortunata raccolta delle piu' illuminanti pagine di spiritualita' disseminate nell'opera teologica di Joseph Ratzinger (edita dalla Queriniana) rappresenta, continua l'articolo, ''la questione che percorre l'intera riflessione cristiana di Benedetto XVI: si tratta di una domanda che egli ha posto sempre anzitutto a se stesso, ma che rivolge alla Chiesa e a ogni uomo e donna, una prospettiva esistenziale - conclude Di Cicco - incarnata nella vita di ogni giorno che per tanti, troppi, e' impastata di fatica''.

jueves, 25 de diciembre de 2008

Benedicto XVI ante la Navidad: "La fiesta se puede organizar, la alegría no"

CIUDAD DEL VATICANO (ZENIT.org).- En estos días de Navidad, llenos de adornos y regalos, Benedicto XVI ha dejado un consejo para descubrir su sentido: "La fiesta se puede organizar, la alegría no".
Fue una de las constataciones a las que llegó en el discurso que dirigió el 22 de diciembre a los miembros de la Curia Romana en la tradicional audiencia de intercambio de felicitaciones con motivo del nacimiento del Niño Jesús.
"La fiesta es parte integrante de la alegría --afirmó el Santo Padre--. La fiesta se puede organizar, la alegría no".
"Sólo puede ofrecerse como don; y, de hecho, se nos ha dado en abundancia: por eso nos sentimos agradecidos".
Citando a Friedrich Nietzsche, el sucesor de Pedro afirmó: "la habilidad no está en organizar una fiesta, sino en traer a personas capaces de poner alegría".
"Así como Pablo califica la alegría fruto del Espíritu Santo del mismo modo también Juan, en su Evangelio, ha unido íntimamente el Espíritu y la alegría. El Espíritu nos da la alegría. Y es la alegría".
"La alegría es el don en el que todos los demás dones están resumidos -afirmó el obispo de Roma--. Es la expresión de la felicidad, del estar en armonía consigo mismos, algo que sólo puede derivarse de estar en armonía con Dios y con su creación".
"Forma parte de la naturaleza de la alegría el irradiarse, tener que comunicarse", añadió.
La misión de la Iglesia, explicó, "no es más que el impulso por comunicar la alegría que se nos ha dado".
"Que siempre esté viva en nosotros y, después, que se irradie en el mundo en sus tribulaciones: este es mi auspicio para finales de este año", confesó.

martes, 23 de diciembre de 2008

"Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe", tema de JMJ Madrid 2011

VATICANO, 16 Dic. 08 / 09:23 am (ACI).- El Papa Benedicto XVI fijó los temas de las tres próximas Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ), incluyendo la que se celebrará del 16 al 21 de agosto en Madrid, España.
El tema para la 24 JMJ que se celebrará en 2009 es: "Hemos puesto nuestra esperanza en el Dios vivo" (1 Tm, 4,10); el que corresponde a la JMJ 25 para 2010 es: "Maestro bueno, qué haré para heredar la vida eterna?" (Mc, 10, 17).
Asimismo, el tema de la 26 JMJ que se celebrará en Madrid, España del 16 al 21 de agosto de 2011 es: "Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe" (cfr. Col, 2,7).

Las Jornadas de la Juventud, “mucho más que un festival rock”, asegura el Papa

CIUDAD DEL VATICANO, lunes 22 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- "La alegría de las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) y el particular carácter de su alegría no tienen explicación", sino es porque "el mismo Cristo está presente". Así lo manifestó el Papa este lunes en su tradicional discurso de Navidad a la Curia Romana en el que hizo un balance del año 2008.
Benedicto XVI afirmó que de estas Jornadas "brota una alegría que no es comparable con un festival rock".
El Papa dedicó hoy una buena parte de su intervención a hacer balance de la Jornada Mundial de la Juventud de Sydney del pasado mes de julio, que ha supuesto uno de los tres acontecimientos, junto con el Sínodo de la Palabra y la apertura del Año Paulino, más significativos del año 2008.
De hecho, "Australia nunca había visto tanta gente de todos los continentes como en la Jornada Mundial de la Juventud, ni siquiera durante las Olimpiadas. Y si precedentemente se había dado el temor de que la llegada en masa de los jóvenes pudiera provocar algún problema de orden público, paralizar el tráfico, obstaculizar la vida cotidiana, provocar violencia y dar espacio a la droga, todo ello se ha demostrado infundado".
Al contrario, "ha sido una fiesta de la alegría -una alegría que al final ha contagiado incluso a los reacios: al final nadie se ha sentido molestado. Las jornadas se han convertido en una fiesta para todos", explicó el Papa.
Aunque muchos han intentado cada vez más explicar este fenómeno, afirmó, "la peculiaridad de esas jornadas y el particular carácter de su alegría, de su fuerza creadoras de comunión, no encuentran explicación".
"Análisis en boga tienden a considerar estas jornadas como una variante de la cultura juvenil moderna, como una especie de festival rock modificado en sentido eclesial con el Papa como estrella", advirtió el obispo de Roma. "Incluso algunas voces católicas van en esta dirección".
Para los primeros, "estos festivales serían en el fondo siempre lo mismo, y así se piensa poder obviar la pregunta sobre Dios"; para los segundos, se trata de "un gran espectáculo, incluso bonito, pero de poco significado para la pregunta sobre la fe y sobre la presencia del Evangelio en nuestro tiempo".
"Serían momentos de un éxtasis festivo, pero que a fin de cuentas dejaría todo como antes, sin influir de forma más profunda en la vida".
Benedicto XVI sin embargo rechazó esta interpretación: "el Papa no es la estrella en torno a la cual gira todo. El es totalmente y solamente vicario. Remite al Otro que está en medio de nosotros".
Las JMJ, afirmó, no son "fruto de un éxtasis" sino que constituyen "la culminación de un largo camino" de los jóvenes, un "largo camino exterior e interior que conduce a ella".
"Las Jornadas Mundiales de la Juventud no consisten sólo en esa única semana en la que se hacen visibles al mundo", añadió, sino que hay toda una "peregrinación de los jóvenes" al encuentro con la Cruz.
"El encuentro con la cruz, que es tocada y llevada, se convierte en un encuentro interior con Aquel que en la Cruz ha muerto por nosotros. El encuentro con la Cruz suscita en lo íntimo de los jóvenes la presencia de ese Dios que ha querido hacerse hombre y sufrir con nosotros", explicó el Pontífice.
En este sentido, afirmó, no es casualidad que uno de los actos más importantes en Sydney fuese "el largo Via Crucis a través de la ciudad", así como "la liturgia solemne como centro del conjunto, porque en ella sucede lo que nosotros no podemos realizar y de lo que, con todo, estamos siempre a la espera".
"Él está presente, Él entra en medio de nosotros. Se ha abierto el cielo y esto hace luminosa la tierra. Esto es lo que hace alegre y abierta la vida y lo que nos une con una alegría que no es comparable con un festival rock", admitió el Papa.
Otro de los frutos duraderos de estas Jornadas, explicó el Papa, es el "camino sucesivo": " Se forman amistades que animan a un estilo de vida distinto y lo sostienen desde dentro. Las grandes Jornadas tienen el objetivo de suscitar estas amistades y de hacer surgir así en el mundo lugares de vida en la fe, que son al mismo tiempo lugares de esperanza y de caridad vivida".
"Según la Escritura, la alegría es fruto del Espíritu Santo: este fruto era perceptible abundantemente en los días de Sydney", concluyó.

Benedicto XVI aboga por "una ecología del hombre"

La ideología de género altera la constitución de la naturaleza humana, advierte
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 22 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- La defensa de la naturaleza no es algo accesorio para la Iglesia, sino que forma parte de su naturaleza, afirmó este lunes Benedicto XVI, aclarando, sin embargo, que se trata de una "ecología del hombre".
Así lo explicó este lunes en el largo y extenso discurso que dirigió a los miembros de la Curia Romana con quienes mantuvo el tradicional encuentro de intercambio de felicitaciones con motivo de la Navidad.
Recordando el papel decisivo que tuvo la reflexión sobre la ecología durante las Jornadas Mundiales de la Juventud, celebradas en julio en Sydney, acontecimiento central para la Iglesia en el año 2008, el pontífice ofreció una sugerente lectura sobre el respeto de la creación.
"Dado que la fe en el Creador es una parte esencial del Credo cristiano, la Iglesia no puede y no debe limitarse a transmitir a sus fieles sólo el mensaje de la salvación", afirmó el Papa, que a inicios de 2009 publicará una encíclica de carácter social.
"También tiene una responsabilidad con la creación --advirtió-- y tiene que cumplir esta responsabilidad en público".
En el cumplimiento de esta misión, añadió, la Iglesia "no sólo tiene que defender la tierra, el agua, el aire, como dones de la creación que pertenecen a todos. Tiene que proteger también al hombre contra su propia destrucción".
"Es necesario que haya algo como una ecología del hombre, entendida en el sentido justo", aseguró.
Esta ecología humana, afirmó, se basa en el respeto de los géneros, masculino y femenino, que forman parte de la naturaleza humana.
El obispo de Roma lo dijo con estas palabras: "Cuando la Iglesia habla de la naturaleza del ser humano como hombre y mujer y pide que se respete este orden de la creación no está exponiendo una metafísica superada".
Se trata, aseguró, "de la fe en el Creador y de la escucha del lenguaje de la creación, cuyo desprecio significaría una autodestrucción del hombre y, por tanto, una destrucción de la obra misma de Dios".
El pontífice advirtió ante la manipulación que tiene lugar en foros nacionales e internacionales cuando se altera el término "gender" (género). Con frecuencia, como sucedió el pasado jueves en la asamblea general de las Naciones Unidas, se utilizan términos como "orientación sexual" o "identidad de género" para tratar de reconoce el pretendido "matrimonio" homosexual.
"Lo que con frecuencia se expresa y entiende con el término "gender", se sintetiza en definitiva en la autoemancipación del hombre de la creación y del Creador. El hombre quiere hacerse por su cuenta, y decidir siempre y exclusivamente sólo sobre lo que le afecta", constató el pontífice.
Pero de este modo, advirtió, "vive contra la verdad, vive contra el Espíritu creador".
"Los bosques tropicales merecen, ciertamente, nuestra protección, pero no menos la merece el hombre como criatura, en la que está inscrito un mensaje que no contradice a nuestra libertad, sino que es su condición", indicó.
Por eso, aclaró, "grandes teólogos de la Escolástica han calificado el matrimonio, es decir, el lazo para toda la vida entre el hombre y la mujer, como sacramento de la creación, instituido por el Creador y que Cristo --sin modificar el mensaje de la creación-- acogió después en la historia de su alianza con los hombres".
"Forma parte del anuncio que debe ofrecer la Iglesia el testimonio a favor del Espíritu creador presente en la naturaleza en su conjunto y de manera especial en la naturaleza del hombre creado a imagen de Dios", concluyó.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Benedicto XVI: el Adviento, tiempo de santidad

ROMA, lunes 1 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- Con una invitación a todos los cristianos a vivir el Adviento como un "tiempo de santidad", Benedicto XVI clausuró este domingo en la Basílica romana de San Lorenzo Extramuros el Año jubilar convocado para conmemorar el 1750 aniversario del martirio de este diácono de origen español, muy venerado en Roma desde la Antigüedad.
El Papa presentó al santo como modelo para este tiempo de Adviento: "nos repite que la santidad, es decir, el salir al encuentro de Cristo que viene continuamente a visitarnos, no pasa de moda, al contrario, con el paso del tiempo resplandece de modo luminoso y manifiesta la perenne tensión del hombre hacia Dios".
El pontífice aprovechó la homilía para explicar que el Adviento no sólo es "preparación para la Navidad" sino que su "significado es más profundo" y "nos proyecta ya hacia la venida gloriosa del Señor, al final de la historia".
"Adviento significa por tanto hacer memoria de la primera venida del Señor en la carne, pensando ya en su vuelta definitiva y, al mismo tiempo, significa reconocer que Cristo presente entre nosotros se hace nuestro compañero de viaje en la vida de la Iglesia que celebra este misterio", explicó.
La conciencia de la próxima venida del Señor, según el Papa, "debería ayudarnos a ver el mundo con ojos distintos, a interpretar los distintos acontecimientos de la vida y de la historia como palabras que Dios nos dirige, como signos de su amor que nos aseguran su cercanía en cada situación".
Velar "significa seguir al Señor, elegir lo que Él ha elegido, amar lo que Él ha amado, conformar la propia vida a la suya; velar comporta transcurrir carda momento de nuestro tempo en el horizonte de su amor sin dejarnos abatir por las inevitables dificultades y problemas cotidianos".
"Así lo hizo san Lorenzo, así debemos hacer nosotros", añadió el Papa.
San Lorenzo Extramuros, una basílica singular
El Santo Padre repasó la historia antigua e inmediata de esta basílica romana, erigida por el emperador Constantino en honor de san Lorenzo, y en cuyo interior están sepultados el Papa Pío IX y el conocido político cristiano Alcide De Gasperi, uno de los constructores de la Unión Europea tras la segunda Guerra Mundial.
De hecho, antes de la celebración, el Papa entró un momento en el hipogeo para orar ante la tumba de su predecesor, y se detuvo unos minutos ante los restos de De Gasperi.
Tuvo un recuerdo especial para el Papa Pío XII, quien durante los bombardeos sufridos por la basílica durante ese conflicto protagonizó una de las imágenes más conocidas de la guerra al salir personalmente a visitar a los afectados entre las ruinas.
"Nunca podrá borrase de la memoria de la historia el gesto generoso llevado a cabo en aquella ocasión por mi venerado predecesor, que corrió a socorrer y consolar a la población duramente afectada, entre las ruinas aún humeantes", afirmó el Papa Benedicto XVI.
También se refirió a la peculiaridad de esta basílica, que custodia desde 1885 uno de los cementerios más antiguos de Roma, en el "Agro Verano", y donde están sepultados entre otros los papas Zósimo, Sixto III e Hilario.
De hecho, aludiendo a los muchos funerales que en ella se celebran, el Papa explicó que "el pensamiento de la presencia de Cristo y de su vuelta cierta al final de los tiempos, es muy significativo en esta Basílica".

lunes, 22 de septiembre de 2008

La recompensa del cristiano en la tierra: ser obrero del Señor, explica el Papa

CIUDAD DEL VATICANO, domingo 21 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- Para el cristiano ser obrero en la viña del Señor es ya una recompensa en esta tierra, considera Benedicto XVI.
Al rezar este domingo a mediodía el Ángelus, comentó el pasaje evangélico de la liturgia del domingo, en el que Cristo narra la parábola del dueño de la viña que llama a obreros a diferentes horas del día, ofreciendo a todos el mismo salario independientemente de las horas de trabajo.
Al dirigirse a los miles de peregrinos congregados en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo, recordó las primeras palabras que pronunció como obispo de Roma el 19 de abril de 2005: "Después del gran Papa Juan Pablo II, los cardenales me han elegido, a mí, un sencillo y humilde obrero de la viña del Señor".
Explicando las conclusiones que los cristianos pueden sacar de este Evangelio, Benedicto XVI explicó que Dios "no tolera, por así decir, el desempleo: quiere que todos trabajen en su viña".
"Y, en realidad, el ser llamados es ya la primera recompensa: poder trabajar en la viña del Señor, ponerse a su servicio, colaborar en su obra, constituye en sí un premio inestimable, que recompensa de todo cansancio".
Esto, añadió, "lo comprende sólo quien ama al Señor y a su Reino; quien, por el contrario, sólo trabaja por el salario nunca se dará cuenta del valor de este tesoro inestimable".
La lógica de Dios, dijo, "es diferente a la del mundo". Y citando la primera lectura de la liturgia dominical tomada del profeta Isaías, añadió: "No son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos".
El Papa puso como ejemplo a san Pablo, de quien la Iglesia está celebrando los dos mil años de su nacimiento, quien llegó a escribir "Para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia". Y añadía: "Pero si el vivir en la carne significa para mí trabajo fecundo, no sé qué escoger".
"Pablo comprendió bien que trabajar por el Señor es ya una recompensa en esta tierra", aseguró.
El sucesor de Pedro concluyó deseando que los cristianos respondan "siempre y con alegría a la llamada del Señor" para que encuentren la felicidad trabajando sin descanso por el Reino de los cielos.

viernes, 19 de septiembre de 2008

María anima a seguir adelante con confianza, dice el Papa al recordar viaje a Francia

VATICANO, 17 Sep. 08 (ACI).-El Papa Benedicto XVI dedicó la Audiencia General de este miércoles a su viaje apostólico a Francia por los 150 años de las apariciones marianas de Lourdes. En su discurso destacó que la sonrisa de la Virgen María "nos invita a seguir hacia delante con gran confianza porque Dios es bueno, Dios es amor".En el Aula Pablo VI y ante miles de peregrinos, el Pontífice explicó que en Francia, "la Iglesia, ya desde el siglo II, desarrolló un papel civilizador fundamental, y en ese contexto maduró la exigencia de una sana distinción entre la esfera política y la religiosa". "Auténtica laicidad no significa prescindir de la dimensión espiritual, sino reconocer que precisamente ésta es garante de nuestra libertad y de la autonomía de las realidades terrenas, gracias a los juicios de la Sabiduría creadora que la conciencia humana sabe acoger y poner en práctica", precisó.Al hablar luego de su discurso al mundo de la cultura, Benedicto XVI indicó que el punto de partida del mismo fue "una reflexión sobre el monaquismo, cuyo objetivo era la búsqueda de Dios, quaerere Deum", que "llevaba a los monjes, por su propia naturaleza, a una cultura de la palabra". "Para la búsqueda de Dios, que se nos reveló en las Sagradas Escrituras, eran muy importantes las ciencias profanas, cuyo fin era profundizar en los secretos de las lenguas. Como consecuencia, en los monasterios se desarrolla aquella 'eruditio' que consentiría la formación de la cultura. Precisamente por eso, quaerere Deum –buscar a Dios, estar en camino hacia Dios– sigue siendo hoy, como ayer, la vía maestra y el fundamento de toda verdadera cultura", continuó.A los sacerdotes, diáconos, religiosos, y seminaristas, recordó, "les exhorté a dar prioridad a la escucha de la palabra divina" y a los jóvenes "les confié dos tesoros de la fe cristiana: el Espíritu Santo y la Cruz. El Espíritu abre la inteligencia humana a horizontes que la superan y le hace comprender la belleza y la verdad del amor de Dios revelado en la Cruz.".El Papa afirmó que durante la Misa en la Explanada de los Inválidos invitó a los fieles a "buscar al Dios vivo, que nos ha mostrado su verdadero rostro en Jesús presente en la Eucaristía, impulsándonos a amar a nuestros hermanos como Él nos ha amado".Tras afirmar que "Lourdes es verdaderamente un lugar de luz, de oración, de esperanza y de conversión, donde los peregrinos aprenden a considerar las cruces de la propia vida a la luz de la Cruz gloriosa de Cristo", el Santo Padre puso de relieve que "el primer gesto que hizo María cuando se apareció a Bernadette en la gruta de Massabielle fue el signo de la Cruz, y en este gesto de la Virgen se encuentra todo el mensaje de Lourdes".Durante la celebración de la Santa Misa dedicada especialmente a los enfermos, que tuvo lugar delante de la basílica de Nuestra Señora del Rosario, en la memoria litúrgica de la Virgen de los Dolores, el Papa dijo que meditó "sobre las lágrimas de María derramadas bajo la Cruz, y sobre su sonrisa, que ilumina la mañana de Pascua".Tras exhortar a los fieles a dar gracias a Dios por los frutos de este viaje, Benedicto XVI señaló que "en Lourdes, la Santísima Virgen invita a todos a considerar la tierra como lugar de nuestra peregrinación hacia la patria definitiva, que es el cielo. En realidad todos somos peregrinos y tenemos necesidad de la Madre que nos guíe; y en Lourdes su sonrisa nos invita a seguir hacia delante con gran confianza porque Dios es bueno, Dios es amor".

El Papa presenta a los jóvenes la amistad con Jesús como fuente de alegría

CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 17 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI presentó a los jóvenes la amistad con Jesús como fuente de alegría al final de la audiencia general de este miércoles.
Al final del encuentro, celebrado en el Aula Pablo VI, el pontífice dirigió un saludo particular a los chicos y chicas presentes, a los enfermos y a los recién casados.
"Queridos jóvenes --les dijo--, que la amistad con Jesús sea para vosotros fuente de alegría y motivo de inspiración en cada opción comprometedora".
Después se dirigió a los enfermos, algunos de ellos presentes en sillas de ruedas, para alentarles a sacar "de la oración consuelo y serenidad para los momentos de sufrimiento y prueba".
Por último, dirigió unas palabras a los recién casados, algunos con sus trajes de bodas, para desear que "el constante contacto con el Señor les sirva de estímulo para corresponder a vuestra vocación familiar".

martes, 16 de septiembre de 2008

El Papa pide defender matrimonio y familia ante "verdaderas borrascas"

LOURDES, 15 Sep. 08 (ACI).-En el discurso que dirigió a los obispos franceses durante su visita a Lourdes, el Papa Benedicto XVI reiteró que la Iglesia debe defender el matrimonio y la familia ante "verdaderas borrascas" y leyes que relativizan su naturaleza. El Santo Padre se refirió a "la situación de la familia" y recordó que "el matrimonio y la familia se enfrentan ahora a verdaderas borrascas. Desde hace algunas décadas, las leyes han relativizado en diferentes países su naturaleza de célula primordial de la sociedad. A menudo, las leyes buscan acomodarse más a las costumbres y a las reivindicaciones de personas o de grupos particulares que a promover el bien común de la sociedad"."La unión estable entre un hombre y una mujer, ordenada a construir una felicidad terrenal, con el nacimiento de los hijos dados por Dios, ya no es, en la mente de algunos, el modelo al que se refiere el compromiso conyugal", indicó. Sin embargo, precisó, "la experiencia enseña que la familia es el pedestal sobre el que descansa toda la sociedad. Además, el cristiano sabe que la familia es también la célula viva de la Iglesia. Cuanto más impregnada esté la familia del espíritu y de los valores del Evangelio, tanto más la Iglesia misma se enriquecerá y responderá mejor a su vocación".El Santo Padre también abordó la "cuestión particularmente dolorosa: la de los divorciados y vueltos a casar" y subrayó que " la Iglesia , que no puede oponerse a la voluntad de Cristo, mantiene con firmeza el principio de la indisolubilidad del matrimonio, rodeando siempre del mayor afecto a quienes, por los más variados motivos, no llegan a respetarla. No se pueden aceptar, pues, las iniciativas que tienden a bendecir las uniones ilegítimas".

La búsqueda de Dios, fundamento de toda cultura

PARÍS, sábado, 13 septiembre 2008 (ZENIT.org).- La búsqueda de Dios es el fundamento de toda cultura, afirmó Benedicto XVI en su esperado discurso al mundo de la cultura francés y europeo.
El pontífice inauguró el viernes en la tarde el restaurado Colegio de los Bernardinos, nuevo espacio de encuentro entre fe y cultura en la capital parisina, con una intervención en la que mostró cómo el cristianismo, y más en concreto el monaquismo, ha forjado los fundamentos de la cultura europea.
Como el mismo Papa afirmó al concluir su disertación, la situación actual, es bastante análoga a la del Imperio Romano en el que evangelizó san Pablo, el apóstol de las gentes.
"Nuestras ciudades ya no están llenas de altares e imágenes de múltiples divinidades. Para muchos, Dios se ha convertido realmente en el gran Desconocido", reconoció el pontífice en un discurso que había preparado con esmero originalmente en alemán.
"Pero como entonces tras las numerosas imágenes de los dioses estaba escondida y presente la pregunta acerca del Dios desconocido, también hoy la actual ausencia de Dios está tácitamente inquieta por la pregunta sobre Él", afirmó.
"Buscar a Dios y dejarse encontrar por Él: esto hoy no es menos necesario que en tiempos pasados", constató ante un auditorio de unos setecientos exponentes del pensamiento, la ciencia y las artes de este país, así como representantes de la UNESCO y de la Unión Europea.
Según el Papa, "una cultura meramente positivista que circunscribiera al campo subjetivo como no científica la pregunta sobre Dios, sería la capitulación de la razón, la renuncia a sus posibilidades más elevadas y consiguientemente una ruina del humanismo, cuyas consecuencias no podrían ser más graves".
"Lo que es la base de la cultura de Europa, la búsqueda de Dios y la disponibilidad para escucharle, sigue siendo aún hoy el fundamento de toda verdadera cultura", concluyó.
Giovanni Maria Vian, director de "L'Osservatore Romano", explica que Benedicto XVI, al presentar esta alianza entre razón y fe, particularmente en la comprensión de las Sagradas Escrituras, supera las "interpretaciones de carácter fundamentalista", así como "los subjetivismos arbitrarios".
Por su parte, el padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, considera que "la contribución nueva de este gran discurso está en el análisis del papel de la búsqueda de Dios en la formación de la gran cultura unificadora de nuestro continente en los siglos de la Edad Media".
Puede leerse el discurso de Benedicto XVI al mundo de la cultura en http://www.zenit.org/article-28410?l=spanish

El motu proprio sobre el rito extraordinario en latín busca la unidad

LOURDES, domingo, 14 septiembre 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI aclaró este domingo en su discurso a los obispos de Francia que la finalidad de la publicacioń del motu proprio Summorum Pontificum es asegurar la unidad en la Iglesia, pues en ella "nadie está de más".
El pontífice afrontó el argumento, en el día en que se celebraba exactamente un año de la aplicación de ese documento, con motivo de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, en sus palabras a los prelados reunidos en el hemiciclo de "Santa Bernardette", en Lourdes.
El Santo Padre recordó que ese documento busca precisar "la posibilidad de utilizar tanto el misal del Beato Juan XXIII (1962) como el del Papa Pablo VI (1970)".
"Ya se han dejado ver los frutos de estas nuevas disposiciones, y espero el necesario apaciguamiento de los espíritus que, gracias a Dios, se está produciendo", consideró.
Al mismo tiempo, reconoció, "tengo en cuenta las dificultades que encontráis, pero no me cabe la menor duda de que podéis llegar, en un tiempo razonable, a soluciones satisfactorias para todos, para que la túnica inconsútil de Cristo no se desgarre todavía más".
Explicando el espíritu que le movió a la redacción del texto, el Santo Padre aclaró: "Nadie está de más en la Iglesia. Todos, sin excepción, han de poder sentirse en ella 'como en su casa', y nunca rechazados".
"Dios, que ama a todos los hombres y no quiere que ninguno se pierda, nos confía esta misión haciéndonos Pastores de su grey. Sólo nos queda darle gracias por el honor y la confianza que Él nos otorga. Por tanto, esforcémonos por ser siempre servidores de la unidad", concluyó.

lunes, 8 de septiembre de 2008

El Papa alienta a los jóvenes a descubrir a Dios para encontrar verdadera libertad

VATICANO, 08 Sep. 08 (ACI).-El Papa Benedicto XVI recordó a los jóvenes que al descubrir "a Dios como sentido y fundamento de toda criatura", ya no tendrán "miedo de perder vuestra libertad, porque la viviréis en plenitud, entregándola por amor".En el encuentro que sostuvo con los jóvenes de la isla de Cerdeña, durante su visita pastoral a la localidad italiana de Cagliari, el Pontífice les ofreció un programa de vida basado en el valor de la familia, la formación moral e intelectual, y la fe, como respuesta al consumismo e individualismo que caracterizan al mundo actual.Tras reconocer que los jóvenes son el "futuro lleno de esperanza de esta región", el Pontífice reconoció que deben enfrentar dificultades y problemas como "la plaga del desempleo y de la precariedad del trabajo que ponen en peligro vuestros proyectos, la emigración y el éxodo de las fuerzas mas frescas y decididas, con la consecuente pérdida de raíces que a veces lleva aparejados daños psicológicos y morales antes que sociales"."Y ¿qué decir del hecho de que en la sociedad actual de consumo las ganancias y el éxito se hayan convertido en nuevos ídolos ante los que se postran tantos? Así las personas se sienten llevadas a dar valor sólo a los que, como se dice, 'han hecho fortuna' o son 'famosos', y no a los que deben combatir con la vida fatigosamente día a día", indicó.Según el Papa, "se corre el peligro de ser superficiales, de seguir atajos peligrosos en pos del éxito, buscando en la vida experiencias que suscitan satisfacciones inmediatas, pero de por sí son precarias y engañosas. Crece la tendencia al individualismo y cuando uno se concentra sólo sobre sí mismo, se vuelve frágil forzosamente; falta la paciencia para escuchar, fase indispensable para entender al otro y trabajar juntos".Benedicto XVI recordó los valores reafirmados por Juan Pablo II durante su visita a Cerdeña hace 23 años.Primero citó "el valor de la familia que hay que custodiar como una herencia antigua y sacra". En el pasado la sociedad tradicional ayudaba más a formar y custodiar una familia. Hoy se admiten otras formas de convivencia y a veces se usa el término familia para uniones que en realidad no son familia"."Reapropiaros queridos jóvenes del valor de la familia, amadla no solamente por tradición sino por una decisión madura y consciente" y recordó que el Concilio Vaticano II llama a la familia "pequeña Iglesia, porque el matrimonio es un sacramento, es decir, un signo santo y eficaz del amor que Dios nos da en Cristo a través de la Iglesia", indicó.El segundo valor es "la formación intelectual y moral". Recordó que "la crisis de una sociedad comienza cuando no sabe transmitir su patrimonio cultural y sus valores fundamentales a las nuevas generaciones. No me refiero solo al sistema escolástico. La cuestión es más amplia. Jesús dijo: 'La Verdad os hará libres'. El nihilismo moderno predica en cambio lo opuesto, que es la libertad la que os hará verdaderos. Incluso algunos sostienen que no existe ninguna verdad, abriendo así el camino al vaciado de los conceptos de bien y mal, llegando a hacerlos intercambiables". "La fe sincera y profunda" es el tercer valor. "Cuando se pierde el sentido de la presencia y de la realidad de Dios todo se achata y se reduce a una dimensión única, todo se queda en lo material. Desaparece el misterio de todo lo que existe: las cosas y las personas interesan en la medida en que satisfacen nuestros intereses y no por sí mismas", explicó. El Pontífice advirtió que esto constituye un dato cultural que se respira desde que se nace y que produce efectos interiores permanentes. La fe, en este sentido, antes de ser una creencia religiosa, es una forma de ver la realidad, un modo de pensar, una sensibilidad interior que enriquece nuestro ser humano como tal. Estando con Jesús, frecuentándolo como un amigo en el Evangelio y en los Sacramentos, aprendéis de forma nueva lo que la sociedad a menudo no os puede dar: el sentido religioso". Ante estos retos, el Papa pidió a los jóvenes descubrir a Dios y así "no tendréis entonces miedo de perder vuestra libertad, porque la viviréis en plenitud, entregándola por amor. No estaréis apegados a los bienes materiales porque sentiréis la alegría de compartirlos. No estaréis tristes de la tristeza del mundo, sino que sentiréis dolor por el mal y alegría por el bien, sobre todo por la misericordia y el perdón. Si descubrís realmente a Dios en el rostro de Cristo ya no pensaréis en la Iglesia como en una institución externa a vosotros, sino como a vuestra familia espiritual".Al finalizar el encuentro con los jóvenes, Benedicto XVI se trasladó al aeropuerto de Cagliari, donde a las 19:30 horas emprendió el regreso a Roma y desde allí se desplazó a la residencia de Castelgandolfo.

domingo, 7 de septiembre de 2008

Dones de María también son para nosotros, explica el Papa

VATICANO, 07 Sep. 08 (ACI).-Tras haber celebrado la Santa Misa en el Santuario de Nuestra Señora de Bonaria, el Papa Benedicto XVI rezó el Ángelus dominical con todos los presentes, y en sus palabras introductorias recordó que todo don recibido por la Madre María por parte de Dios, es un don que nos es dado también a cada uno de nosotros."Siguiendo los pasos de los Papas que me han precedido, también yo he escogido el Santuario de Bonaria para realizar una visita pastoral que quiere abrazar en modo ideal a la totalidad de la Cerdeña", dijo el Papa tras haber realizado un recorrido histórico recordando aquellos momentos en que sus predecesores se encontraron también en Cerdeña.El Pontífice pidió también que "el patrimonio de los valores evangélicos sea transmitido íntegramente a las nuevas generaciones" y que "Cristo reine en las familias, en las comunidades y en los varios ámbitos de la sociedad".Más adelante hizo un pedido a la Virgen María para que esta "proteja a cuantos más necesitan de su maternal intercesión: a los niños y jóvenes, a los ancianos y a las familias, a los enfermos y a todos aquellos que pasan por momentos de sufrimiento"."Conscientes del importante rol que María tiene en la existencia de cada uno de nosotros, hoy cuales hijos devotos festejamos su nacimiento. Este evento –continúo– constituye una etapa fundamental para la Familia de Nazaret, cuna de nuestra redención; un evento que tiene que ver con todos nosotros, porque todo don que Dios le concedió a la Madre, lo concedió pensando también en nosotros, sus hijos".Asimismo el Papa elevó una oración a la Virgen por todas las madres terrenas: "aquellas que, junto al marido, educan a los hijos en un contexto familiar armonioso, y aquellas que, por tantos motivos, se encuentran solas afrontando tan ardua tarea. Que todas puedan realizar con dedicación y fidelidad su cotidiano servicio en la familia, en la Iglesia y en la sociedad".Tras el rezo del Ángelus el Papa impartió su Bendición Apostólica.

Que María aliente evangelización a familias, exhorta el Papa

VATICANO, 07 Sep. 08 (ACI).-Esta mañana el Papa Benedicto XVI viajó a Cagliari, capital de Cerdeña, Italia, donde celebró la Santa Eucaristía ante miles de fieles que se dieron cita en la Basílica y Santuario de Nuestra Señora de Bonaria. En su homilía recordó la importancia de la Virgen María y su ser totalmente adherido a Cristo. Alentó asimismo a que urgente trabajo evangelizador cotidiano se vea iluminado por su ejemplo."El espectáculo más hermoso que un pueblo puede ofrecer es sin lugar a duda el de la propia fe", fueron las palabras con las que el Papa inició su homilía. "Junto al estupendo paisaje de la naturaleza que nos rodea, vosotros me ofrecéis aquella ferviente devoción que nutrís por la Virgen Santísima. ¡Gracias por este hermoso testimonio!"El Santo Padre hizo notar que "el ser de María se relaciona totalmente al de Cristo, en particular en su encarnación… la belleza del designio de Dios se manifiesta en como respetando lo humano lo fecunda desde su interior, haciendo brotar de la humilde Virgen de Nazaret el fruto más bello de su obra creadora y redentora".Asimismo se detuvo en la figura de San José, "su drama interior, su fe robusta y ejemplar rectitud. Detrás de sus pensamientos y sus deliberaciones está presente el amor por Dios y la decidida voluntad de obedecerlo. ¿Cómo no darnos cuenta que la turbación y por lo tanto la oración y la decisión de José se mueven por la estima y por el amor hacia su esposa prometida?" "La belleza de Dios y la belleza de María son inseparables para el corazón de José; sabe que entre ellas no hay contradicción; busca en Dios la respuesta y la encuentra en la luz de la Palabra y del Espíritu Santo", precisó.Seguidamente el Papa dirigió unas palabras a los sardos, recordando que "el cristianismo no llegó con las espadas de los conquistadores o por imposición extranjera sino que brotó gracias a la sangre de los mártires que donaron su vida como acto de amor hacia Dios y hacia los hombres. Cerdeña nunca fue tierra de herejías; su pueblo siempre manifestó filial fidelidad a Cristo y a la Sede de Pedro. Así es queridos amigos, no obstante todas las invasiones y dominaciones, la fe en Cristo permaneció en el alma de vuestras poblaciones como elemento constitutivo de vuestra misma identidad sarda"."Vuestra Isla queridos amigos de Cerdeña –prosiguió Benedicto XVI– no podía tener otra protectora sino la Virgen Maria. Ella es la Mamá, la Hija y la Esposa por excelencia. La Mamá que ama, protege, aconseja, consuela, da la vida para que esta nazca y perdure. La Hija que honora a su familia, siempre atenta a las necesidades de los hermanos y hermanas, solícita en hacer de su casa un lugar hermoso y acogedor. La Esposa capaz de amor fiel y paciente, de sacrificio y de esperanza"."Que María os ayude a llevar a Cristo a las familias, pequeñas iglesias domésticas y células de la sociedad, hoy más que nunca necesitadas de confianza y apoyo tanto en el plano espiritual y el social. Os ayude a encontrar las oportunas estrategias pastorales para hacer que Cristo sea encontrado por los jóvenes, portadores por su naturaleza de una nueva fuerza, y sin embargo frecuentemente víctimas del nihilismo tan difundido, sedientos de verdad y de ideales. Os haga capaces de evangelizar el mundo del trabajo, de la economía, de la política, que necesita de una nueva generación de laicos cristianos comprometidos, capaces de buscar con competencia y rigor moral soluciones de desarrollo sostenible".El Papa concluyó su homilía recordando que "María es puerto, refugio y protección para el pueblo sardo que tienen en sí la fuerza del roble. Pasan las tormentas y el roble resiste; asedian los incendios y esta brota nuevamente; sobrevive a la sequedad y vence una vez más".

jueves, 4 de septiembre de 2008

Conversión es encuentro con Cristo que no se explica con psicología, dice el Papa

VATICANO, 03 Sep. 08 (ACI).-El Papa Benedicto XVI señaló en la Audiencia General de hoy que el Cristianismo no es una nueva filosofía ni una nueva moral; y que la conversión del cristiano solo puede explicarse en el encuentro de la persona concreta con Jesucristo; y no a través de categorías psicológicas.En el Aula Pablo VI del Vaticano, el Santo Padre dedicó la audiencia de hoy a la conversión del Apóstol de Gentes y explicó que el Cristianismo "no es una nueva filosofía, una nueva moral; solo somos cristianos si encontramos a Cristo" como lo hizo San Pablo.El Pontífice comentó luego que al referirse al hecho que marcó su vida camino a Damasco, "San Pablo no designó sin embargo este evento como una conversión. ¿Por qué? Existen muchas hipótesis, pero creo que el motivo es muy claro: esta transformación de su vida no fue fruto de un proceso psicológico, de una maduración o una evolución intelectual y moral sino fruto del encuentro con Cristo Jesús"."Esta renovación de Pablo no se puede explicar de otro modo; los análisis psicológicos no pueden aclarar y resolver el problema; solo el evento, el encuentro fuerte con Cristo, es la clave para entender qué sucedió", precisó el Papa.Para entender lo que sucedió con el Apóstol mientras se dirigía a Damasco, "tenemos dos tipos de fuentes", explicó Benedicto XVI. "La primera y más popular son los tres relatos de San Lucas en los Hechos de los Apóstoles, en los que narra lo acaecido". Sin embargo, precisó, los detalles a los que hace referencia el evangelista: la luz del cielo, la caída a tierra, la ceguera, "se refieren al centro del acontecimiento: Cristo Resucitado aparece como una luz espléndida que habla a Saulo, transforma su pensamiento, su misma vida". "El centro de la narración de San Lucas es este encuentro con Cristo que cambió profundamente la vida de San Pablo y en este sentido se puede y se debe hablar realmente de una conversión".Benedicto XVI afirmó que "el segundo tipo de fuente son las mismas cartas de San Pablo", que "nunca habló sobre los detalles de este evento, porque quizá pensaba que todos conocían su historia esencial, todos sabían que se había transformado de perseguidor en Apóstol ferviente de Cristo, fruto no de una propia reflexión, sino de un evento fuerte, un encuentro con el Resucitado".El Papa dijo luego que en algunos de sus escritos, el Apóstol relata "que la aparición del Resucitado –de la que también él es un verdadero testigo– es el fundamento de su apostolado" y de "su nueva vida". Dirigiéndose a los miles de peregrinos presentes en el Aula Pablo VI, Benedicto XVI señaló además que aunque Cristo "no se muestre a nosotros de ese modo irresistible y luminoso como a Pablo para hacerlo apóstol de todas las gentes", también podemos encontrarlo "en la lectura de la Sagrada Escritura, en la oración, en la vida litúrgica de la Iglesia, tocar el corazón de Cristo y sentir que Cristo toca nuestro corazón. Y solo en esta relación personal con Cristo, solo en este encuentro con el Resucitado, somos realmente cristianos".

domingo, 31 de agosto de 2008

La cruz no es facultativa sino una misión que debe abrazarse con amor, dice el Papa

VATICANO, 31 Ago. 08 / 06:10 am (ACI).- Este medio día miles de fieles y peregrinos se dieron cita en Castelgandolfo para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien en sus palabras introductorias a la oración mariana recordó que ante el mal, la única respuesta es la fuerza del amor que vence al odio por lo que para todo cristiano llevar la Cruz no es algo facultativo sino una misión que debe ser abrazada con amor.
El Pontífice meditó sobre el Evangelio de hoy dirigiéndose a la figura del Apóstol Pedro, quien “mientras el domingo pasado admiramos por su sincera fe en Jesús, proclamado Mesías e Hijo de Dios, esta vez muestra una fe aún inmadura y demasiado apegada a la ‘mentalidad de este mundo’”.
“Es evidente que el Maestro y el discípulo siguen dos modos de pensar opuestos. Pedro, según una lógica humana, está convencido que Dios no permitiría nunca que su Hijo termine su misión muriendo en la cruz. Jesús, por el contrario, sabe que el Padre, en su inmenso amor por los hombres, lo ha enviado a dar la vida por ellos, y que si esto implica la pasión y la cruz, es justo que así sea”, precisó el Papa.
Asimismo, el Santo Padre hizo notar que Jesús “sabe que la última palabra será la resurrección. La protesta de Pedro, si bien es pronunciada de buena fe y por sincero amor hacia el Maestro, es vista por Jesús como una tentación, una invitación a salvarse a sí mismo, cuando solamente perdiendo su vida podrá recibir la nueva y eterna vida para todos nosotros”.
Continuando con su meditación, Benedicto XVI recordó que “si para salvarnos, el Hijo de Dios ha tenido que sufrir y morir crucificado, no es ciertamente por un cruel designio del Padre celeste” sino que se debe a la “gravedad de la enfermedad de la que nos tenía que curar: un mal tan serio y mortal al punto de exigir toda su sangre”.
“En efecto –prosiguió– es con su muerte y resurrección que Jesús ha vencido al pecado y a la muerte restableciendo la señoría de Dios. Pero la lucha no ha terminado: el mal existe y resiste todas las generaciones hasta nuestros días. ¿Qué son los horrores de la guerra, la violencia contra los inocentes, la miseria y la injusticia con los débiles, sino la oposición del mal al reino de Dios? ¿Y cómo responder a tanta maldad si no es con la fuerza desarmada del amor que vence el odio, de la vida que no teme la muerte?”
Más adelante el Papa destacó que para cumplir la obra de salvación el Redentor llama a hombres y mujeres a tomar la cruz y seguirlo y que “para los cristianos el llevar la cruz no es algo facultativo, sino una misión que debe ser abrazada por amor. Cristo no cesa de proponer a todos una clara invitación: quien quiere ser mi discípulo, que renuncie al propio egoísmo y lleve conmigo la cruz”.
Seguidamente, el Santo Padre rezó el Ángelus, saludó a los presentes en diversos idiomas e impartió su Bendición Apostólica.

martes, 26 de agosto de 2008

El Papa destaca importancia de la música para transmitir experiencias del alma

CASTELGANDOLFO, 25 Ago. 08 (ACI).-El Papa Benedicto XVI agradeció el concierto ofrecido en su honor en la Sala de los Suizos del Palacio Apostólico de Castel Gandolfo, y en su discurso pronunciado al finalizar el mismo resaltó la importancia de la música para transmitir las profundas experiencias del alma.Tras agradecer a Ivonne Timoianu en el violonchelo y el que fuera Embajador de Austria ante la Santa Sede, Christoph Cornaro en el piano por la "magistral interpretación que ha suscitado en nosotros emociones y manifestaciones espirituales profundas" del "Viaje de invierno" de Franz Schubert, uno de los compositores favoritos del Santo Padre, Benedicto XVI comentó que esta pieza describe "una intensa atmósfera de triste soledad provocada por su delicado estado de salud y sus decepciones sentimentales y profesionales". "Es un viaje interior que el célebre compositor austriaco escribió en 1827, sólo un año antes de su prematura muerte a la edad de 31 años", añadió."Cuando Schubert hace entrar a un texto poético en su universo sonoro, lo interpreta a través de un enlace melódico que penetra en el alma con dulzura, llevando también a quien lo escucha a sentir el mismo consumirse nostálgico del músico, la misma llamada de esa verdad del corazón que va más allá de cualquier racionalidad. Nace de este modo una pintura que habla de genuina cotidianidad, de nostalgia, de introspección, y de futuro", prosiguió el Papa. "El joven Schubert, espontáneo y exuberante, tuvo éxito al comunicar –también a nosotros esta noche– lo que él ha vivido y experimentado. Es merecido por tanto el reconocimiento que universalmente se le concede a este ilustre genio de la música, que honra la civilización europea, y la gran cultura y espiritualidad de la Austria cristiana y católica", dijo luego el Santo Padre. Finalmente, Benedicto XVI destacó que "interiormente confortados por la espléndida experiencia musical de esta noche, renovamos nuestro agradecimiento a quienes han promovido esta velada y a quienes la han realizado magníficamente. Saludo también cordialmente a los aquí presentes y a todos imparto con afecto mi Bendición".

lunes, 25 de agosto de 2008

El Papa invita a cristianos a confiar y darse a Cristo, "aquel que nunca falla"

VATICANO, 24 Ago. 08 (ACI).-Este mediodía miles de personas se reunieron en la plaza central de Castelgandolfo para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI quien recordó que la figura de Jesús es fundamental para todo cristiano pues por él vale la pena dejarlo todo y siempre estará a nuestro lado."Cristo es el verdadero 'tesoro' por el cual vale la pena sacrificarlo todo; Él es el amigo que nunca nos abandona porque conoce las esperanzas más íntimas de nuestro corazón", fue la exhortación que el Pontífice hizo extensiva a todos los cristianos al meditar el Evangelio hodierno.En efecto el Santo Padre hizo suyas la respuesta del Apóstol Pedro a la pregunta de Jesús sobre su propia identidad. "Jesús es el 'Hijo del Dios vivo', el Mesías prometido, venido a la tierra para ofrecer a la humanidad la salvación y para satisfacer la sed de vida y de amor que habita en todo ser humano".Más adelante el Papa hizo también una reflexión sobre la afirmación que hace Cristo ante las respuesta de Pedro: "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia…". "Es la primera vez que Jesús habla de la Iglesia, cuya misión es la realización del grandioso designio de Dios de reunir en Cristo a la humanidad entera en una única familia"."La misión de Pedro y de sus sucesores –continuó el Papa- es justamente la de servir a la unidad de la única Iglesia de Dios formada por judíos y paganos; su ministerio indispensable es lograr que ésta nunca se identifique con una sola nación o con una sola cultura, sino que sea la Iglesia de todos los pueblos para hacer presente entre los hombres, marcados por innumerables divisiones y contrastes, la paz de Dios y la fuerza renovadora de su amor".Ante tal responsabilidad el Papa se dirigió a los presentes diciendo: "Cada vez me doy más cuenta del compromiso y de la importancia del servicio a la Iglesia y al mundo que el Señor me ha confiado. Por esto pido a vosotros queridos hermanos y hermanas que me sostengan con vuestra oración para que, fieles a Cristo, juntos podamos anunciar y testimoniar su presencia e nuestro tiempo".Seguidamente el Santo Padre rezó el Ángelus, saludó en diversas lenguas a los presentes e impartió su Bendición Apostólica.

Benedicto XVI: “La misión del Papa, servir a la unidad de la única Iglesia”

CASTEL GANDOLFO, domingo 24 de agosto de 2008 (ZENIT.org) “ La misión de Pedro, y de sus sucesores, es precisamente la de servir a esta unidad de la única Iglesia de Dios”, explicó hoy el Papa a los peregrinos congregados en el patio del palacio apostólico de Castel Gandolfo para el rezo del Ángelus.
Benedicto XVI dedicó su reflexión al evangelio de hoy, que relata la profesión de fe del apóstol Pedro, a profundizar en el “ministerio petrino” y a su “particular misión” en relación con la unidad de la Iglesia.
El Papa citó el diálogo entre Jesús y Pedro: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo. A esta inspirada profesión de fe por parte de Pedro, Jesús replica: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi iglesia y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del reino de los cielos”.
“Fue la primera vez que Jesús habla de la Iglesia, cuya misión es la actualización del diseño grandioso de Dios de reunir en Cristo a la humanidad entera en una única familia”, explicó.
En este sentido, añadió, “la misión de Pedro, y de sus sucesores, es precisamente la de servir a esta unidad de la única Iglesia de Dios formada por judíos y paganos”.
“El ministerio indispensable de Pedro es el de hacer que la Iglesia no se identifique nunca con una sola nación, con una sola cultura, sino que sea la Iglesia de todos los pueblos, para hacer presente entre los hombres , marcados por numerosas divisiones y contrastes, la paz de Dios y la fuerza renovadora de su amor”.
“Servir por tanto a la unidad interior que proviene de la paz de Dios, la unidad de cuantos en Jesucristo se han convertido en hermanos y hermanas: ésta es la misión peculiar del Papa, Obispo de Roma y sucesor de Pedro”, explicó el Papa.
Benedicto XVI confió a los presentes que esta tarea comporta una “enorme responsabilidad”, frente a la cual él mismo necesita ser sostenido por la oración de los fieles.
“Advierto cada vez más el compromiso y la importancia del servicio a la Iglesia y al mundo que el Señor me ha confiado. Por esto os pido, queridos hermanos y hermanas que me sostengáis con vuestra oración, para que, fieles a Cristo, podamos juntos anunciar y testimoniar su presencia en este nuestro tiempo”, dijo el Papa a los presentes.
Por otro lado, el Papa se refirió a la pregunta que Jesús dirige a sus discípulos, “¿Y vosotros quién decís que soy yo?”, afirmando que esta pregunta “se dirige a nosotros los cristianos, pero al mismo tiempo a todo hombre y mujer”.
La Iglesia continúa hoy repitiendo la solemne profesión de Pedro, añade el Papa. “¡Sí, Jesús, tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo! Lo hacemos con la conciencia de que Cristo es el verdadero “tesoro” por el que vale la pena sacrificarlo todo”.
“Él es el amigo que nunca nos abandona, porque conoce las esperanzas más íntimas de nuestro corazón. Jesús es el “Hijo del Dios vivo”, el Mesías prometido, venido a la tierra para ofrecer a la Humanidad la salvación y para satisfacer la sed de vida y amor que habita en todo ser humano”.
“¡Qué beneficio tendría la humanidad si acogiera este anuncio que trae consigo la alegría y la paz!”, añadió el Papa.

miércoles, 20 de agosto de 2008

“La santidad no es el privilegio de unos pocos”, advierte el Papa

CASTEL GANDOLFO, miércoles, 20 de agosto de 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI aclaró este miércoles que la santidad no es un privilegio de pocos y aseguró que a Dios le gustan los santos "normales".
"La santidad se ofrece a todos; es, en realidad, el destino común de todos los hombres llamados a ser hijos de Dios", afirmó durante la audiencia general que concedió a unos 4.000 peregrinos congregados en la residencia pontificia de Castel Gandolfo.
La experiencia personal de los santos "muestra que la santidad no es un lujo, no es un privilegio de unos pocos, una meta imposible para un hombre normal", explicó.
Según el Papa, la santidad "se ofrece a todos; naturalmente no todos los santos son iguales: son de hecho, como he dicho, el espectro de la luz divina. Y no es necesariamente un gran santo el que posee carismas extraordinarios".
De hecho, añadió, "hay muchísimos cuyos nombres sólo Dios conoce, porque en la tierra han llevado una existencia aparentemente normalísima. Y precisamente son estos santos 'normales' los santos que Dios habitualmente quiere".
El obispo de Roma invita a los fieles a aprovechar el verano "para repasar la biografía y los escritos de cierto santo o santa en particular".
"Día tras día la Iglesia nos ofrece la posibilidad de caminar en compañía de los santos. Escribía Hans Urs von Balthasar que los santos constituyen el comentario más importante del Evangelio, su actualización en el día a día, y por tanto representan para nosotros una vía real de acceso a Jesús", añadió.
"¡Qué importante y provechoso es, por tanto, el empeño en cultivar el conocimiento y la devoción de los santos, junto a la cotidiana meditación de la Palabra de Dios y el amor filial hacia la Virgen!"
Los santos, modelos de vida
El Papa dedicó la alocución de su encuentro semanal con los peregrinos a hablar de algunos de los santos cuya memoria se celebra en estos días, entre ellos, a santa Rosa de Lima, a san Pio X y a san Bernardo de Claraval.
De este último recordó que "sobresalía en 'hacer destilar de los textos bíblicos el sentido que se encontraba escondido en ellos'".
San Bernardo, además, "ha sido definido también 'doctor mariano', no porque haya escrito muchísimo sobre la Madre de Dios, sino porque supo captar su rol esencial en la Iglesia, presentándola como el modelo perfecto de la vida monástica y de toda otra forma de vida cristiana".
De san Pío X, cuya fiesta se celebra mañana, destacó la lucha y sufrimiento de este Papa por la libertad de la Iglesia, por la que "se reveló dispuesto a sacrificar privilegios y honores, a afrontar incomprensiones y burlas, en cuanto que valoraba esta libertad como garantía última para la integridad y la coherencia de la fe".
Recordó también a san Juan Eudes, promotor de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y María, cuya memoria se celebró ayer, y a santa Rosa de Lima, la primera santa canonizada de América Latina.
"Santa Rosa solía repetir: 'Si los hombres supieran qué es vivir en gracia, no se asustarían de ningún sufrimiento y sufrirían con gusto cualquier pena, porque la gracia es fruto de la paciencia'", explicó el Papa.
Destacó también la festividad de María Virgen Reina, "memoria instituida por el Siervo de Dios Pío XII en 1955, y que la renovación litúrgica querida por el Concilio Vaticano II ha puesto como complemento de la festividad de la Asunción, ya que ambos privilegios forman un único misterio".
Utilizando unas palabras del escritor francés Jean Guitton, el Papa afirmó que los santos son "como los colores del espectro en relación con la luz, porque con tonalidades y acentos propios cada uno de ellos refleja la luz de la santidad de Dios".
"Su ejemplo testifica que, solo cuando se está en contacto con el Señor, se llena uno de su paz y de su alegría y se está en grado de difundir por todas partes serenidad, esperanza y optimismo", añadió.
Finalmente, exhortó a los fieles a dejarse "atraer a la fascinación sobrenatural de la santidad". "¡Que nos obtenga esta gracia María, la Reina de todos los Sanos, Madre y Refugio de los pecadores!", concluyó.

martes, 19 de agosto de 2008

Frase del día

“Gesù sì, Chiesa no”. Questo Gesù individualistico scelto da alcuni è un Gesù di fantasia. Non possiamo avere Gesù senza la realtà che Egli ha creato e nella quale si comunica: la Chiesa.
S.S. Benedicto XVI

lunes, 18 de agosto de 2008

El Papa exige hacer de la circulación en carretera un campo de defensa de la vida

CASTEL GANDOLFO, lunes, 18 agosto 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha lanzado un llamamiento moral para hacer de la circulación en carretera un campo de defensa de la vida.
De este modo, el Papa ha respondido a los numerosos accidentes de carretera, que se registran particularmente en el verano boreal.
"¡No debemos acostumbrarnos a esta triste realidad!", aseguró el Santo Padre este domingo antes de rezar la oración mariana del Ángelus.
"Es demasiado precioso el bien de la vida humana y demasiado indigno del hombre morir o quedar inválido por causas que, en la mayor parte de los casos, podrían evitarse", aclaró.
"Ciertamente es necesario un mayor sentido de responsabilidad", subrayó el obispo de Roma a los miles de peregrinos congregados en el patio de la residencia pontificia.
"Ante todo por parte de los automovilistas, pues los accidentes se deben con frecuencia a la excesiva velocidad y a comportamientos imprudentes --siguió diciendo--. Conducir un automóvil en las carreteras públicas exige sentido moral y sentido cívico".
Al mismo tiempo, añadió, "para promover este último es indispensable la obra constante de prevención, vigilancia y represión por parte de las autoridades".
Por otra parte, indicó, "como Iglesia, nos sentimos directamente interpelados a nivel ético: los cristianos tienen que hacer ante todo un examen de conciencia personal sobre su propia conducta de automovilistas".
Por último, dijo, las comunidades "deben educar a todos para considerar también la circulación como un campo en el que hay que defender la vida y ejercer concretamente el amor al prójimo".

El Papa da su impulso a la gran misión continental de Latinoamérica

CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 18 agosto 2008 (ZENIT.org).- "El servicio más importante que podemos brindar a nuestros hermanos es el anuncio claro y humilde de Jesucristo", afirma Benedicto XVI en el mensaje dirigido a los participantes en el III Congreso Americano Misionero, celebrado en Quito del 12 al 17 de agosto pasados.
El encuentro concluyó con la misa, presidida por el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez, arzobispo de Santo Domingo, República Dominicana, enviado especial del Papa, en la que se lanzó la gran misión continental, convocada por la quinta Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, celebrada e Aparecida en el mes de mayo de 2007.
En su mensaje al encuentro, el Papa insistió en la importancia del encuentro personal con Jesucristo como base del testimonio que el misionero debe ofrecer "para que el Señor sea cada día más conocido, amado, seguido y alabado en esas benditas tierras".
"La hora presente es una ocasión providencial para que, con sencillez, limpieza de corazón y fidelidad, volvamos a escuchar cómo Cristo nos recuerda que no somos siervos, sino sus amigos", añade el Papa.
"Él ha vencido el pecado y la muerte, nos otorga cotidianamente su perdón, nos enseña a perdonar y nos llama a vivir una vida alejada del egoísmo que nos esclaviza y colmada del amor que nos engrandece y dignifica".
Los cristianos deben ofrecer al mundo de hoy, según el pontífice, su testimonio personal de relación con Jesucristo, de identificación con su persona.
"Él nos instruye para que permanezcamos en su amor sin amoldarnos a los dictados de este mundo", añade. "De este modo, con toda nuestra vida, con el gozo de sabernos amados por Jesús, a quien podemos llamar hermano, seremos instrumentos válidos para que Él siga atrayendo a todos con la misericordia que brota de su Cruz".
"Beban el agua vivificante que mana del costado del Salvador y sacien de su frescura cristalina a todos los que están sedientos de justicia, paz y verdad; a los que están sumidos en la cerrazón del pecado o en la oscuridad de la violencia. Sientan el consuelo de Cristo y ofrezcan el bálsamo de su amor a los atribulados, a los que andan apesadumbrados por el dolor o han quedado heridos por la frialdad del indiferentismo o el flagelo de la corrupción"...

lunes, 11 de agosto de 2008

domingo, 10 de agosto de 2008

El Papa llama a encontrarse con Dios en el silencio interior

VATICANO, 10 Ago. 08 (ACI).-Este medio día miles de fieles y peregrinos se dieron cita en la Piazza del Duomo de Bressanone para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien introduciendo la oración mariana recordó que la verdadera renovación de todo ser humano se da plenamente en la relación con Dios.Tras anunciar que el lunes dejará la pequeña ciudad de Bressanone para dirigirse a Castelgandolfo, el Santo Padre manifestó su "gratitud al Señor que me ha concedido este descanso, renovador tanto para el físico como para el espíritu" y agradeció también a todos aquellos que "se han hecho instrumentos laboriosos de la Providencia divina".El Pontífice describió su descanso como "lo mejor que corresponde a un ministro de Dios" y citó algunas características: "dedicándome a la oración, a la lectura y a la meditación, sin la premura de las cotidianas urgencias pastorales… que ciertamente no he olvidado sino, por así decir, he filtrado mediante un sano desapego que ayuda a restablecer las justas proporciones: reconocer que el Señor es Dios y nosotros somos solamente sus humildes colaboradores por el servicio de la Iglesia y por el bien de la humanidad".Benedicto XVI compartió con los presentes una reflexión en torno a su experiencia en la reciente Jornada Mundial de la Juventud: "… los jóvenes fueron un signo de alegría auténtica, a veces ruidosa sin embargo siempre pacífica y positiva. Si bien eran muchísimos, nunca causaron desórdenes ni hicieron daño a nadie. Para estar alegres no tuvieron la necesidad de recurrir a modos groseros y violentos, al alcohol y estupefacientes. En ellos estaba presente la alegría de reunirse y de descubrir juntos un mundo nuevo. ¿Cómo no hacer una comparación con sus coetáneos que, en busca de falsas evasiones, consumen experiencias degradantes que desembocan no raramente en dramáticas tragedias? Este es un típico producto de la llamada 'sociedad del bienestar' que para llenar un vació interior y sin sentido que lo acompaña, induce a probar experiencias nuevas, más emocionantes, más 'extremas'".Seguidamente alertó ante el riesgo que corren las vacaciones de "disiparse en un vano perseguir ilusiones de placer. Pero de esta forma el espíritu no descansa, el corazón no encuentra ni alegría ni paz, sino que termina por estar más cansado y triste que antes. Me he referido a los jóvenes porque son los más sedientos de vida y de experiencias nuevas y por ello quienes corren más peligro"."La reflexión vale para todos: la persona humana se regenera verdaderamente y solamente en la relación con Dios, y Dios se encuentra aprendiendo a escuchar su voz en el interior y en el silencio", concluyó el Papa.

miércoles, 6 de agosto de 2008

El Papa pide oraciones para que se difunda el respeto de la creación

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 31 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pide oraciones para que se difunda el respeto de la creación como "gran don de Dios".
Lo propone en las intenciones del Apostolado de la Oración, iniciativa que siguen unos 50 millones de personas de los cinco continentes, para el mes de agosto.
La intención general del Apostolado de la Oración del Papa para el mes de agosto es: "Para que la familia humana sepa respetar el plan de Dios sobre el mundo y sea cada vez más consciente del gran don de Dios que representa la creación para nosotros".
Todos los meses también se ora además por una intención misionera. La de julio dice así: "Para que se promueva y alimente la respuesta de todo el pueblo de Dios a la común vocación a la santidad y a la misión, con un atento discernimiento de los carismas y un constante empeño de formación espiritual y cultural

domingo, 3 de agosto de 2008

El Papa pide oraciones para que se difunda el respeto de la creación

CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 31 julio 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI pide oraciones para que se difunda el respeto de la creación como "gran don de Dios".
Lo propone en las intenciones del Apostolado de la Oración, iniciativa que siguen unos 50 millones de personas de los cinco continentes, para el mes de agosto.
La intención general del Apostolado de la Oración del Papa para el mes de agosto es: "Para que la familia humana sepa respetar el plan de Dios sobre el mundo y sea cada vez más consciente del gran don de Dios que representa la creación para nosotros".
Todos los meses también se ora además por una intención misionera. La de julio dice así: "Para que se promueva y alimente la respuesta de todo el pueblo de Dios a la común vocación a la santidad y a la misión, con un atento discernimiento de los carismas y un constante empeño de formación espiritual y cultural".

martes, 29 de julio de 2008

En el corazón, en la cabeza y en los labios una jaculatoria: "¡Roma!"

S. Josemaría Escrivá de Balaguer



lunes, 28 de julio de 2008

Benedicto XVI traza su balance de las JMJ

CASTEL GANDOLFO, domingo, 27 julio 2008 (ZENIT.org).- Publicamos la intervención que pronunció Benedicto XVI este domingo a mediodía antes y después de rezar la oración mariana del Ángelus en la residencia pontificia de Castel Gandolfo.

Queridos hermanos y hermanas:
El lunes pasado regresé de Sydney, en Australia, sede de la XXIII Jornada Mundial de la Juventud. Todavía tengo ante los ojos y en el corazón esta extraordinaria experiencia, en la que he podido encontrar el rostro joven de la Iglesia: era como un mosaico multicolor, formado por muchachos y muchachas provenientes de todos los rincones de la tierra, reunidos por la única fe en Jesucristo. "Young pilgrims of the world, jóvenes peregrinos del mundo", así les llamaba la gente con una hermosa expresión que expresa lo esencial de estas Jornadas internacionales iniciadas por Juan Pablo II. De hecho, estos encuentros constituyen las etapas de una gran peregrinación a través del planeta para manifestar cómo la fe en Cristo nos hace a todos hijos del único Padre que está en los cielos y constructores de la civilización del amor.
La característica del encuentro de Sydney ha sido la toma de conciencia del carácter central del Espíritu Santo, protagonista de la vida de la Iglesia y del cristiano.
El largo camino de preparación en las Iglesias particulares había tenido como tema la promesa hecha por Cristo a los apóstoles "Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos" (Hechos 1, 8). Entre el 16, 17 y 18 de julio, en las iglesias de Sydney, los numerosos obispos presentes ejercieron su ministerio, proponiendo catequesis en varios idiomas: estas catequesis son momentos de reflexión y recogimiento indispensables para que el acontecimiento no se quede en una simple manifestación externa, sino que deje una huella profunda en las conciencias.
La vigilia nocturna, en el corazón de la ciudad, bajo la Cruz del Sur, fue una invocación conjunta del Espíritu Santo; y por último, durante la celebración eucarística del domingo pasado, administré el sacramento de la Confirmación a 24 jóvenes de varios continentes, entre ellos 14 australianos, invitando a todos los presentes a renovar las promesas bautismales.
De este modo, esta Jornada Mundial se transformó en un nuevo Pentecostés, con el que se ha relanzado la misión de los jóvenes, llamados a ser apóstoles de sus coetáneos, al igual que muchos santos y beatos, y en particular, el beato Piergiorgio Frassati, cuyas reliquias colocadas en la catedral de Sydney, fueron veneradas por una peregrinación ininterrumpida de jóvenes. Se invitó a cada muchacho y muchacha a seguir su ejemplo, a compartir la experiencia personal de Jesús, que cambia la vida de sus "amigos" con la fuerza del Espíritu Santo, el Espíritu de amor de Dios.
Quiero dar las gracias de nuevo a los obispos de Australia, en particular al arzobispo de Sydney, el cardenal Pell, por el gran trabajo de preparación y por la cordial acogida que me dispensaron, así como a los demás peregrinos. Doy las gracias a las autoridades australianas por su preciosa colaboración. Manifiesto un agradecimiento especial a todo los que desde todas las partes de del mundo han rezado por este acontecimiento, asegurando su éxito. Que la Virgen María recompense a cada uno con sus gracias más hermosas. Encomiendo también a María el período de descanso que transcurriré a partir de mañana en Bresanona, entre las montañas de Alto Adige. ¡Permanezcamos unidos en la oración".

lunes, 14 de enero de 2008

Abrirnos el cielo es la misión de Cristo, recuerda el Papa

VATICANO, 13 Ene. 08 / 09:57 am (ACI).- Este domingo, a pesar de la lluvia y el viento en Roma, miles de peregrinos se dieron cita en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI, quien en sus palabras introductorias recordó que la misión de Cristo es permitirnos el acceso a la vida eterna por la liberación del pecado.
En el día en que la Iglesia festeja el Bautismo del Señor, el Santo Padre hizo notar que “el sentido profundo (del Bautismo de Cristo) emergerá solo al final de la vida terrena, en su muerte y en su resurrección”.
“Haciéndose bautizar por Juan junto con los pecadores, Jesús comienza a llevar sobre sí el peso de la culpa de toda la humanidad, como el Cordero de Dios que ‘quita’ el pecado del mundo. Obra que Él llevó a su realización en la cruz, cuando recibió también ahí su ‘Bautismo’”, agregó el Pontífice.
Continuando su explicación, el Pontífice dijo que Jesús “muriendo se sumerge en el amor del Padre y difunde el Espíritu Santo, para que los creyentes en Él pudiesen renacer de aquella fuente inacabable de vida nueva y eterna”.
“Toda la misión de Cristo –continúo-, se resume en esto: Bautizarnos en el Espíritu Santo para liberarnos de la esclavitud de la muerte y abrirnos el cielo, el acceso a la vida verdadera y plena”.
Finalmente, el Papa manifestó su deseo y aseguró su oración para que “todos los cristianos puedan comprender cada vez más el don del Bautismo y se comprometan a vivirlo con coherencia, testimoniando el amor del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

Nuevo enlace


Hemos agregado en el día de hoy un nuevo enlace: GENERACIÓN BENEDICTO ( http://www.generacion-benedicto.es/start.php ) Este sitio pertenece a la red de jóvenes Generación Benedicto, que se presenta como una red de "jóvenes, que orientan su vida a la fe católica en su total amplitud y los cuales están dispuestos a declarar y explicar también públicamente su fe y las convicciones que de ella resultan".
Desde Argentina les enviamos nuestros saludos.